La lesión renal aguda o LRA se produce cuando los riñones dejan de funcionar repentinamente. También llamada insuficiencia renal aguda (IRA), la LRA puede causar graves problemas médicos si no se trata rápida y adecuadamente.
La IRA suele producirse por tres causas principales: una obstrucción de los conductos que normalmente permiten el drenaje de la orina desde los riñones, a veces causada por la formación de cálculos renales o tumores, o por el agrandamiento de la próstata; una disminución repentina del flujo sanguíneo a los riñones, a menudo como resultado de una lesión, una deshidratación grave o una infección generalizada denominada sepsis; o daños causados por la exposición a tóxicos, infecciones renales no tratadas o el uso prolongado de algunos medicamentos, como antibióticos, analgésicos y ciertos medicamentos para la presión arterial. Los colorantes utilizados en ciertos tipos de pruebas de imagen también pueden causar LRA.
Además, se han asociado varios factores de riesgo a la lesión renal aguda, como la edad avanzada, la obesidad, la cirugía cardíaca o abdominal reciente o los trasplantes de médula ósea, el hecho de estar en la UCI con una enfermedad grave y las enfermedades crónicas de larga duración como las cardiopatías, la insuficiencia cardíaca, la diabetes o las enfermedades renales o hepáticas.
La LRA puede provocar toda una serie de síntomas, como producir muy poca o ninguna orina al intentar orinar; hinchazón en las piernas y los pies o en otras partes; dolor en la parte baja de la espalda justo por debajo de la caja torácica; pérdida de apetito; náuseas y vómitos; y fiebre. En sus primeras fases, la LRA puede ser difícil de detectar, ya que los síntomas son poco perceptibles antes de que se produzca el daño.
El diagnóstico de la LRA comienza con un análisis de sus síntomas y una historia clínica detallada, que incluye una lista de todos los medicamentos y suplementos que está tomando. Se realizará un examen físico junto con análisis de orina y de sangre. También puede realizarse una ecografía para obtener imágenes de los riñones. Una vez diagnosticada la LRA, el tratamiento se basará en la causa subyacente de la lesión, que puede incluir la interrupción de los medicamentos que se sabe que causan problemas renales, el restablecimiento del flujo sanguíneo normal a los riñones, procedimientos para eliminar las obstrucciones, antibióticos para tratar la infección, entre otros.
Si los síntomas son graves, también puede prescribirse la diálisis para eliminar los desechos acumulados cuando los riñones no funcionan correctamente.
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