La hipertensión o presión arterial alta es una condición en la que la presión arterial - la cantidad de fuerza necesaria para bombear la sangre a través de los vasos sanguíneos - supera los niveles normales. Con el tiempo, este aumento de la presión puede causar daños en el corazón, el cerebro, los riñones, los ojos y otros órganos, así como provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). Se considera que la presión arterial "normal" para los adultos está en torno a 120/80 mm Hg, pero esa cifra puede variar en función de la edad y otros factores.
La hipertensión puede diagnosticarse mediante un manguito de presión arterial que mide la presión de la sangre en el brazo o, a veces, en el tobillo. A medida que el manguito se infla lentamente, la presión de la sangre que pulsa en el brazo o la pierna puede medirse en el dial o la pantalla del manguito. Los manguitos de presión arterial están diseñados para medir la presión de la sangre cuando el corazón late (sistólica) y cuando descansa entre latidos (diastólica). En la mayoría de las personas, la hipertensión no causa síntomas hasta que se producen daños en los órganos, lo que significa que es de vital importancia someterse a exámenes periódicos.
Sí, la hipertensión se ha asociado a varios factores de riesgo, como la edad avanzada, el sobrepeso o la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, una dieta inadecuada, especialmente rica en sodio (sal), el consumo excesivo de alcohol y los antecedentes familiares de hipertensión. El estrés crónico y los problemas de sueño, como la apnea obstructiva del sueño, también pueden aumentar el riesgo de hipertensión en algunas personas.
Algunos casos leves de hipertensión pueden tratarse con cambios en el estilo de vida, como perder el exceso de peso, reducir la cantidad de sodio que se consume, dejar de fumar y ser más activo físicamente. Cuando estos cambios no son efectivos, se puede utilizar la medicación para ayudar a mantener la presión arterial dentro de los niveles normales. Hacerse revisiones periódicas es la mejor manera de asegurarse de que el tratamiento es eficaz para mantener la tensión arterial bajo control.
No dude en enviarnos un correo electrónico para agendar su cita o para cualquier pregunta.
Será un placer atenderles.